¿Quién no ha soñado alguna vez con tener un Ferrari? ¿O un yate? Quizás esos lujos no estén al alcance de todos los mortales, pero lo que la mayoría si podemos, si queremos, es tener nuestros sueños en ellos.
Las camas ya no son un simple lugar donde descansar y pasar ocho horas diarias. Se han convertido en un artículo de fantasía, sobre todo entre los más pequeños.
Se puede ser una princesita sin necesidad de haber nacido en una familia de monarcas.
Se puede ser un valiente explorador sin haber estado jamás en la selva.
Puedes ir a 150 km/h directo a tus sueños.
O puedes surcar los siete mares dormido sobre tu cama-pirata.
Pero no nos engañemos, estas fantasías no solo son para los niños. Los adultos también pueden disfrutar durmiendo entre arboles en mitad de la gran ciudad…
O dormir en una cama magnética flotante…
O si es un Homer Simpson en potencia, descansar sobre un sándwich gigante.
Y a vosotros ¿sobre qué os gustaría descansar?
Información: Facilísimo Fabiola
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