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viernes, 1 de junio de 2012

¿Si quiebra mi entidad financiera, dejo de pagar la hipoteca?



¿Si quiebra mi entidad financiera, dejo de pagar la hipoteca?
Al ser una cuestión que se repite en estos momentos de dudas sobre la fortaleza de nuestras entidad financieras, vale la pena contestar de forma general a esta más que improbable contingencia.

Hipotecas y quiebra del banco

Antes de nada explicar el proceso que lleva a un banco o caja a quebrar (concretamente presentar un concurso de acreedores), para entender lo poco probable de esta situación:
Primero debería presentar un balance cuyos fondos propios se reducen de forma muy importante respecto a su pasivo. Esta situación reflejaría una falta de recursos para hacer frente a los compromisos del banco o caja; con la nueva valoración independiente que se ha encargado de los activos bancarios veremos más de una entidad con pérdidas importantes.
En segundo lugar, la entidad financiera puede intentar captar capital en el mercado, con una ampliación, colocación de obligaciones convertibles en acciones o mediante emisión de participaciones preferentes, por ejemplo. En una situación normal existen bastantes posibilidades de captar dinero privado. En estos momentos, son casi inexistentes.



Es por ello que lo más probable en estos casos es que el Estado inyecte dinero, bien en forma de préstamos o entrando directamente en el accionariado del banco (una nacionalización pura y dura). La otra opción sería dejar quebrar a la entidad, garantizando 100.000 euros por titular (con el Fondo de Garantía de Depósitos); dado que el FGD no tiene liquidez suficiente, el Estado debería hacer frente a esta garantía en primer momento.



Tanto al Gobierno español como a la propia Unión Europea no les interesa en absoluto dejar caer un banco, que provocaría un efecto en cadena que dañaría al resto de entidades de la zona euro. Hay un consenso mundial para evitar quiebras de bancos de cierta relevancia, después de la lección aprendida con Lehman Brothers.

Una vez dejado claro lo improbable de la quiebra de un banco, vayamos a ver qué pasaría con nuestra hipoteca. Un préstamo hipotecario es una deuda que contraemos con una entidad financiera, cuya garantía real de pago es el bien hipotecado. Sin embargo no incluye cláusula de dación en pago alguna, por lo que además del bien inmueble se responde con todo el patrimonio presente y futuro. Si nuestro acreedor, el banco, quiebra, el proceso es el siguiente:



El banco presenta un concurso de acreedores; se nombra administradores concursales que intentan reflotar la entidad financiera si hay viabilidad. Si consiguen un buen acuerdo con los acreedores del banco (bancos mayoristas que le dejaron dinero, depositantes, obligacionistas, tenedores de participaciones preferentes, etc), con quitas y espera importantes, puede ocurrir que se corrijan los problemas y, en un periodo determinado, el banco supere el concurso de acreedores y siga operando de forma normal. En este caso, la hipoteca la seguiremos pagando al banco sin ningún cambio.

El otro escenario posible es que no se pueda reconducir la entidad y se proceda a una liquidación ordenada; los bancos nacionales o internacionales comprarían en banco quebrado, a trozos. Nuestra hipoteca es un activo más que comprarían los acreedores u otros interesados; por desgracia, no se nos perdonaría ni un euro. Simplemente dejaríamos de deberle dinero al banco original y se lo deberíamos a otro, con las mismas condiciones de la escritura firmada en su momento.



Por tanto, quiebre o no quiebre el banco, no nos libraremos de la deuda hipotecaria. Por ello es innecesario conocer la solvencia de la entidad financiera a la que pedimos dinero (al contrario que cuando vamos a depositar nuestros ahorros). En el caso de las hipotecas, lo importante es que sea barata, independientemente del banco que nos deje el dinero.


Autor: Responsable de contenidos de iAhorro.com

Dpto. comunicación Pablo Salcedo.

2 comentarios:

  1. Un artículo muy interesante y a la vez bien explicado. Mucha gente se hace esta misma pregunta relacionada con su hipoteca si, en algún momento, el banco quiebra. Tu lo has sabido explicar de manera muy sencilla.

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