Las costumbres van cambiando, y cada día nueva tecnología inunda nuestro día a día, relegando al olvido profesiones y oficios que antaño fueron esenciales. Algunos, solamente han cambiado de nombre, como fueron los antiguos bañeros, que ahora todo el mundo se refiere a ellos como socorristas; Otros, perdieron su puesto en la sociedad sustituídos por una máquina, o a causa de un sistema económico que les hizo imposible competir en precios para ganarse el sustento.
En este artículo, se intentará recordar algunos de esos oficios perdidos o en desuso, para mantener en el recuerdo los que alguna vez fueron imprescindibles. Existen otros muchos oficios que no pudieron ser listados, tales como molinero, lechero, carbonero, mielero, aceitunero o trillero.
1. Sereno
El sereno fue uno de los oficios más emblemáticos de los barrios de España y Latinoamérica, aunque no en todos los lugares tenía las mismas responsabilidades. En España fue el encargado durante décadas de encender las farolas con la caída de la noche, y vigilar las calles mientras la noche durase. Así mismo, también tenía en su poder las llaves de todos los portales para quien la necesitara durante la noche. En otros países como Perú, Chile o México, el sereno fue aquel encargado de la seguridad nocturna en las ciudades.
Este oficio se perdió con la llegada de los porteros automáticos, aunque en los últimos años se ha intentado recuperar en varias ciudades españolas como Gijón (desde 1998) y Murcia.
2. Afilador
El afilador era aquel que deambulaba entre ciudades y pueblos con su bicicleta o motocicleta para afilar instrumentos con filo, tal como cuchillos o tijeras. También eran los encargados de arreglar paraguas y de afilar lapiceros. A mediados del siglo XX, los afiladores se empezaron a asentar en locales de grandes ciudades, siendo cada vez menos los que viajaban de pueblo en pueblo.
Con la llegada del sistema capitalista basado en el consumo a España, el oficio se fue perdiendo en beneficio de una cultura de usar y tirar en la que no tenía cabida el afilar los instrumentos de corte. Aún a día de hoy, sigue siendo una profesión común en algunos países en los que la sociedad del consumismo no está del todo instaurada.
3. Pregonero
El pregonero era otra de las profesiones más populares en los pueblos de España. Llegaba con su corneta a las distintas poblaciones, y haciéndola sonar reunía a todos los habitantes para comunicarles noticias importantes venidas de otras ciudades, o acontecimientos extraordinarios dentro del pueblo. Su origen se remonta a tiempos del Imperio Romano, y durante siglos fue el medio de comunicación y publicidad más eficiente.
Con la llegada de la radio y la televisión, la utilidad del pregonero se vio relegada a un segundo lugar, avocándolo a la desaparición a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
4. Recadero
Los recaderos eran los que antiguamente estaban al cargo de llevar mercancías de un lugar a otro, ya fuera mediante carros tirado por burros, en bicicleta o simplemente a pie. Había grandes negocios que disponían de un recadero exclusivo. Otros negocios más pequeños tenían un recadero en común, o recurrían a recaderos que sin estar asociados a ningún negocio en particular, se movían siempre entre las mismas poblaciones.
La llegada del teléfono, la popularización de correos y compañías de envío de mercancías, así como el abaratamiento de costes, relegaron a esta profesión poco a poco al olvido.
5. Herrero
El herrero era aquella persona que mediante su forja, yunque y martillos elaboraba objetos de metal, comúnmente acero e hierro, de necesidad para toda la sociedad. Entre esos objetos se encontraban no sólo herramientas, campanas, armas y artículos de cocina, si no que en muchas ocasiones también realizaban artículos decorativos muebles e incluso esculturas.
Con la llegada de la revolución industrial, el herrero pasó de estar en todos los pueblos a estar únicamente en determinadas poblaciones, habiéndose convertido a lo largo de las últimas décadas en una profesión prácticamente desaparecida en los países más desarrollados, aunque aún relativamente común en países de África y Asia.
6. Colchonero
Hasta la llegada de los colchones de materiales sintéticos, los colchones más comunes en cualquier casa eran los colchones de lana. La lana de estos colchones se apelmazaba con el uso durante meses, y era necesario llevar el colchón al colchonero para que varease la lana, desapelmazándola para poder ser usado el colchón como el primer día.
La desaparición paulatina de los colchones de lana, supuso también la desaparición de este oficio.
7. Hachero
El hachero era aquel hombre que se iba a la montaña durante largas temporadas con su hacha y se dedicaba exclusivamente a talar los árboles con su hacha, comúnmente de doble filo. Una vez tirados los árboles, también se encargaba de derroñarlos, es decir, quitarles las ramas y corteza dejándolos totalmente limpios para que más tarde el leñador se encargase de hacer leña.
Con la aparición de las máquinas motosierra, el trabajo de leñador y hachero se aunó en leñador, quedando en desuso la utilización del hacha.
8. Resinero
El resinero era el encargado de extraer la resina de los pinos y otros árboles. Para ello, realizaba cortes en el tronco del pino, y colocaba unos potes debajo del corte para que el pino supurase savia y cayera directamente en él. Todo esto se hacía día tras día desde comienzos del mes de marzo hasta mediados del mes de noviembre. El método común de extracción de resina se conocía como “el método a vida” que extraía únicamente resina de una de las caras del árbol. “El método a muerte” que extraía resina de todas las caras del árbol era excesivamente dañino, y podía provocar la muerte del árbol.
Con la creación de resinas sintéticas y otros métodos de extracción más avanzados, la profesión de resinero ha caído en desuso, pero aún existe a día de hoy.
9. Barquillero
El barquillero era aquel vendedor ambulante que llevaba barquillos en sus cestas y una ruleta para que los compradores pudieran probar suerte. Los compradores hacían girar la ruleta, y el que obtuviese el número menor de todos los compradores del momento, era el encargado de pagar los barquillos de todos los compradores. Esta profesión fue de fuerte tradición a lo largo del siglo XIX y se mantuvo a principios del siglo XX.
La post-guerra española, el hambre y la pobreza dificultaron mucho esta profesión a mediados del siglo XX, viéndose desaparecida en España. En los últimos años, se ha visto ligeramente recuperada en Madrid, pero con poca popularidad.
10. Campanero
Los campaneros existían en la mayoría de iglesias, y eran los encargados de tocar, repicar y voltear las campanas de la iglesia. Del mismo modo, también era el encargado de revisar el mantenimiento de las campanas, revisando las ataduras de los badajos, la tensión de los distintos cables y cuerdas, así como la supervisión del reloj de la iglesia.
Con la aparición de los sistemas mecanizados y automatizados para tocar las campanas, su profesión cayó en desuso, viéndose relegada a campanarios puntuales.
11. Barbero
Muchos son los que creen que los antiguos barberos eran únicamente peluqueros que también se encargaban de arreglar la barba a los hombres. Pero si nos remontamos siglos atrás, cuando los dentistas no existían, los barberos también eran los encargados de ocuparse de la dentadura de sus clientes, e incluso hacían las labores de médicos de la época, tales como vendar úlceras o hacer sangrías.
Con la aparición de médicos y dentistas especializados, los barberos se vieron relegados a la barba y pelo de los hombres, y con el paso de los años y aparición de las peluquerías unisex, el nombre cayó en desuso, llamándose únicamente peluqueros.
Info: Recuerdos de Pandora
Dpto. comunicación Pablo Salcedo
Buen artículo AD. Yo y sin que nadie se ofenda, añadiría el de oficial de mira, capataz, peón especialista, oficial albañil, auxiliar de obra, ayudante de obra, .................. BN
ResponderEliminarMuy agudo :) de todos modos creo que hasta que nosotros no cejemos en nuestro empeño de seguir constuyendo... esas profesiones tendrá que seguir siendo "en uso".
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